Sábado,
el día más esperado de toda la semana, libre por fin de todos los deberes. Llevaba
semanas esperando ese día, el día en que volvería a ver a Matt. Le echaba tanto
de menos… Era mi mejor amigo, siempre estábamos juntos hasta que su madre falleció
y su padre se mudo con él al otro lado de la ciudad para olvidar-la. Matt se
tuvo que cambiar de instituto y desde aquel día no nos vemos demasiado, ya que
mi padre no me deja ir tan lejos, es muy sobreprotector. Pero después de haberle
suplicado durante tantos días cedió y me dejo ir con Matt.
Cuando baje
del autobús Matt ya me esperaba en la parada, fui corriendo hacia él y me lance
en sus brazos. Me empezó a dar vueltas y él estaba riéndose, echaba de menos su
dulce y cálida risa. Al cabo de mucho tiempo que a mí me pareció un suspiro me
aparto ligeramente y me empezó a mirar detenidamente de arriba abajo, sonrió y
me dijo:
-Que
ganas tenia de verte. ¡Estas guapísima!- me sonroje un poco, pero estaba acostumbrada
a los halagos al lado de Matt, siempre me estaba echando piropos.
-Yo sí
que tenía ganas de verte Matt.- le mire fijamente, había cambiado desde la última
vez, estaba más grande, su rubio pelo estaba
despeinado, sus ojos estaban de un azul reluciente, y su sonrisa… Siempre me perdía
al mirar su sonrisa, era lo mejor de él.- ¡estas guapísimo grandullón!- le dije
a risa suelta. Matt era tan grande que si me escondía detrás de él nadie me veía.
Se puso a reír junto a mi y me cogió la mano para llevarme hacia su parque
favorito.
Mientras
nos dirigíamos hacia el parque Matt no paraba de parlotear sobre su nuevo
instituto, estaba verdaderamente radiante. Durante todo el camino Matt hablo y
yo escuche con una sonrisa en el rostro.
Llegamos
al parque y era realmente precioso lleno de arboles florecidos y unas fuetes
con saltos de agua, nos sentamos cuidadosamente en el césped y me pregunto:
-¿Quieres
un helado?
-Claro.
-¿De que
lo quieres?
-Sorpréndeme-
dije con una sonrisa pícara.
Matt se
levanto i empezó a adentrarse en el parque, cuando casi no lo veía se giro y me
dijo:
-Lo
hare.- después de decir eso desapareció en la inmensidad del parque.
Me
incline suavemente hacia atrás y cerré los ojos suavemente.
Empecé a oír
unas risas muy cerca de mí, estaban justo encima mío. Abrí los ojos y me encontré
rodeada de cuatro chicos que tenían su cara sonriente encima de la mía. Empecé
a gritar y me incorpore rápidamente. Los chicos cuando grite se asustaron pero después
volvieron a reir.
-Tranquila,
que no mordemos.- como idiotas todos se empezaron a reír.
-Pues cuidado
porque yo si- entonces me levante y fui a buscar a Matt.
-Tu
amiguito hace como media hora que se ha ido.- dijo uno de los chicos, el cual tenía
los ojos más oscuros que había visto nunca, no se podía idiferenciar el iris de
la pupila. Pero aunque sus ojos fueran oscuros había una rara luminosidad. Los
ojos le resaltaban sobre todo porque su pelo era de un color rubio ceniza y su
piel un poco morena.
-¿Qué? ¿Cómo
sabes quién es mi amigo?
-Porque
nos ha dicho que te avisáramos de que se tenía que ir a casa, no seque rollo
con su padre.- parecía sincero pero no sabía que pensar, porque Matt no me había
dejado plantada nunca.
-¿Y yo
como vuelvo a casa? Representa que él me iba a acompañar.
-Si
quieres te acompañamos- soltó el chico de los ojos negros.
-¿Qué?- dijo
un chico con el pelo rojizo y cara amigable.
-No
tenemos nada mejor que hacer Edu.
-Eso,
venga guapa que te acompañamos a casa.- dijo el chico de los ojos negros mientras
me ponía su brazo encima de mi hombro- por cierto me llamo Jorge.