-Yo también voy al centro Mia.
-¿Por qué no me lo has dicho
antes?
-Porque quería tus besos.
Le mire a los ojos y me sonroje,
los otros me sonriendo.
El autobús llegó y Jorge me cogió
la mano para entrar rápidamente, ya que este iba a arrancar. Nos sentamos al
fondo del autobús y salude a los chicos con la mano desde la ventanilla para
despedir-me, veritablemente me habían caído súper bien era como si los
conociera de toda la vida. Al girarme a mirar a Jorge vi que estaba fijamente
mirando a un chico que estaba entrando en el autobús. Lo miré fijamente i tenía
el pelo castaño tirando a oscuro y unos ojos verdes casi transparentes. Al
mirar-le me pasó como cuando miré por primera vez a Lucas me quede mirando a
sus ojos cristalinos y me perdí en ellos, estaba en otro mundo, sus ojos me
llevaban a otra dimensión y me levante del asiento para acercarme a él sin ser
consciente de lo que verdaderamente estaba haciendo, vi como una risa picarona
se iluminaba en su rostro, pero desapareció secamente cuando Jorge me cogió de
la mano y se rompió el hechizo, como cuando me pasó con Lucas.
-¿Dónde vas Mia?-me miró
sorprendido y con rabia mirando a el chico de los ojos verdes.
-Hem… A ningún sitio.-volví a
fijar la mirada donde antes estaba ese chico y ya no se encontraba en el bus.
Me volví a sentar y me fijé que ya se había pasado mi parada.- ¡Mierda Jorge!
¿Por qué no me has dicho nada?
-Tengo un plan mejor que dejarte
en casa y que te aburres allí solita.
-Vamos no seas aguafiestas seguro
que te encantará.
Pasaron unas cuantas paradas y
Jorge me indicó que bajáramos. Al bajar caminamos durante unos minutos y
después nos paramos en frente de una moto. Jorge se acerco y cogió dos cascos
del mini maletero. Cogió unas gafas y se puso el casco.
Después me pasó el casco sobrante
y puso las llaves en la moto. Yo me quede en estado de shock, nunca había subido
en una moto tan grande. En realidad solo había subido a una moto con una de mis
ex, la experiencia no termino demasiado bien ya que tuvimos un accidente y
desde ese día no había vuelto a montar. Jorge al ver que no me lo ponía se
acercó me lo cogió de las manos y me lo puso el.
-Jorge creo que será mejor que no
monte.
-¿Por qué?
-Es demasiado tarde y he de ir a
casa.-puse la peor excusa del mundo ya que me dejaban llegar a casa hasta las
ocho y eran las cinco.
-Venga que te quiero llevar a
merendar y luego a un lugar muy especial para mí.- me puso carita de pena y no
me pude resistir así que cedí.
El se sentó en la moto y yo subí detrás
de él. Al oírle encender la moto me volvió el miedo al cuerpo y lo cogí bien
fuerte por la cadera, cerré los ojos y sonreí.