sábado, 22 de diciembre de 2012

Los ojos de la luna


Me sacó del restaurante y yo estaba aun aturdida, no reaccionaba y no me entraba nada en la cabeza.
-Mia! Preciosa estas bien? Mia mírame a los ojos- me dijo mientras me cogía de la barbilla y me obligaba a mirarle.
-Lucas-dije con voz muy apaga y asumiendo lo que acababa de pasar por primera vez,- ¡Dios mío Lucas estas sangrando!- dije aterrorizada.
Es se tranquilizo y no me contestó, para el fue suficiente que saliera del estado de scok.
 -Venga Mi…- de repente le sonó el teléfono y lo corto en seco.- un momento preciosa que tengo que contestar-
-Claro, contesta.
Se alejo un poco de mi y contesto el teléfono. Yo me senté en un banco y me intente tranquilizar, pero inevitablemente me centre en escuchar la conversación de Lucas, la verdad es que soy muy cotilla.
-Claro… si ya lo se, pero aun no he completado el cambio…- ¿pero a que cambio se refería? ¿De que estaba ablando?- no, no tengo la fuerza que debería tener ni por asomo,… ahahha pero mira que eres idiota… si, adiós Àlex.
Colgó el teléfono y vino hacia mi
-¿Quien era?- pregunte como si no hubiera estado escuchando toda la conversación.
-Nadie importante, venga, que te llevo a casa.
-Pero Lucas tu sangre…- me pare en seco porque ya no tenia ni la mitad de las heridas de antes, recuerdo perfectamente que en la frente y al lado del ojo tenia una buena cicatriz que ahora solo era un pequeño arañazo. El se me quedo mirando fijamente y no contestó.
Después de eso cogimos un taxi i en todo el camino no nos hablamos, cada uno estaba emergido en sus propios pensamientos, no era uno de esos momentos incómodos.
Llegamos a mi casa y bajamos del taxi. Lucas me acompaño hasta la puerta de mi casa, entonces se me acerco cuidadosamente y creía que me besaría, pero solo me miró fijamente a los ojos, me acarició la mejilla i me susurro al oído:
-Buenas noches preciosa.- se guiró y volvió a entrar en el taxi, dejándome con un vacio en el corazón.
Entre rápidamente en mi casa y cerré la puerta detrás de mí. Subí las escaleras muy despacio e intentando no hacer ruido para no despertar a mis hermanitas ni a mis padres. Entre en mi habitación y me lance en la cama, hoy había sido un día muy confuso y necesitaba aclararme las ideas. Todo era tan confuso… Entonces se me empezaron a cerrar los ojos hasta que me dormí.
Me encontré en medio de un campo lleno de bonitas flores y unos finos copos de nieve cayendo del cielo, empecé a juguetear con ellos intentándolos coger y bailando con ellos a la azul cristalina luz de la luna, todo era tan bonito. Mientras iba dando vueltas con los brazos extendidos riendo y mirando fijamente a la luna, esa se volvió oscura, no, se volvió de un color rojizo, como el mismo fuego del infierno, a veces hasta le salían llamas. Me pare en seco y deje de bailar y dar vueltas, baje los brazos despacio aun sin apartar la mirada de la rojiza luna. Esa luna, me resultaba tan familiar… Me quede sin respiración, ¡eso no era una luna! ¡Eran los ojos de Lucas! Cuando lo descubrí aparte la mirada de sus ojos rápidamente, los cerré y me entro el miedo en el cuerpo, cuando los volví a abrir vi que todas las flores estaban ardiendo y me fije en que tosas eran rosas, pero unas rosas mas rojas de lo normal. Ahora en el cielo había dos lunas ardiendo, mejor dicho estaban los dos ojos de Lucas y su perfecta sonrisa también se empezó a ver detrás de las nubes. Me gire y empecé a correr en dirección al bosque que había detrás del campo de flores ahora ardiendo. Pero aunque corriera con todas mis fuerzas Lucas siempre me alcanzaba. Me lance dentro del bosque intentándome alejar de sus ojos, todo estaba oscuro, todo mi cuerpo me dolía, todo estaba perdido. Cuando los ojos de Lucas me alcanzaron y en su sonrisa vi el deseo de poseerme, una luz brillo con fuerza, con una fuerza tan grande que los ojos de Lucas no parecían gran cosa. Detrás de esa luz había alguien con unas alas blancas como la nieve que aun caía por todo el bosque, sus alas eran luz y a la vez esperanza. Lucas se volvió atrás, el quería cogerme pero esa luz no le permitía, había desaparecía su sexy sonrisa de su cara y ahora el también. 

jueves, 13 de diciembre de 2012

La cita


Llegue a las seis menos diez y Lucas ya estaba ahí, ya había reservado las entradas.
Cuando me vio se le marcó una gran sonrisa en el rostro y me dio un beso en la frente.
-Hola preciosa.-dijo mientras me rodeava la cintura con su brazo.
-Hola.
Entramos en la sala y fuimos a la última fila, la 12.
-¿Como es que as cogido la última fila? Así no veremos nada- dije inocentemente.
-No me gusta estar con tanta gene, no tienes intimidad.-me sonrió y empezó la película.
La verdad es que a mi no me interesaba nada la película, solo estar con Lucas, desde que le vi por primera vez que no he podido pensar en otra cosa que en el y sus ojos. Me sacó de mis pensamientos cuando empezé a notar su mano que deslizava por mi hombro y me empezava a rodear. Me giré y por tercera vez me encontré con sus ojos. Nos empezamos a inclinar y nos besamos tiernamente, sus labios estaban ardiendo. Le rode con mis manos y le empezé a acariciar el pelo. Nos separamos solo para respirar y nos pusimos de cara a cara, solo nos unian nuestas narices, nos miramos fijamente a los ojos y sonreímos. Lucas era maravilloso, nunca me habían besado de esa manera. Nuestros labios se volvieron a juntar, esta vez fue mas violento, como de desesperación. Lucas me empezó a besar el cuello, mientras iba vajando. A la vez me iva acariciando. A su lado me sentía protegida i querida, era una de las cosas que me gustaba mas de el. Entonces fue cuando se rompió el echizo, le aparté y nos dimos cuenta de que nos estaban mirando. A Lucas no pareció importarle ya que me cogió de la barbilla y me empezó a besar otra vez, pero yo no quise. Me empezé a sonrojar y me centre en la película, o por lo menos los intentaba.
Terminó la película y la verdad es que no me entere de nada, la mayor parte de la película me la passe jugeteando con la mano de Lucas. Cuando salimos ya eran la ocho de la noche así que Lucas me invitó a cenar.
Entramos en un restaurante de comida mejicana, todo estaba buenísimo. En la comida el camarero no parava de mirarme y parece que eso estaba poniendo nervioso a Lucas. Me fui un momento al banyo y cuando me mire al espejo vi que tenia los labios morados, y que tenia cardenales en el cuello de cuando de cuando Lucas me havia besado. No lo entendia, solo me había besado y me había dejado la marca, en el momento no había notado nada.
Se habrió la puerta de par en par, era el camarero ese que se me empezó ha acercar peligrosamente. Estava sustada, deveria tener como unos treinta años y yo solo dieciséis. Me empezó a decir algo en Mejicano que no consegui entender, pero me cogió por los brazos y me  empotro contra la paret y su cuerpo. Se abrió otra vez la puerta, pero esta vez era Lucas.
-Yo de ti ni la tocaria.-dijo muy seguro de si mismo apoyado en la pared.
El camarero se empezó a reír, y la verdad es que entiendo porque. Lucas estaba loco si creía que podía ganar  al camarero, Lucas era robusto y parecía mucho mas grande de lo que era pero el camarero no se quedaba atrás además lo superava con mucha diferencia en edad.
Lucas se abalanzo hacia el camarero y ese se choco contra el espejo del banyo, que este no se rompió, Lucas no le había dado suficientemente fuerte. El camarero se levanto i cogió a Lucas por el cuello, ese se estaba empezando a ahogar, le mire directamente a los ojos y el también a mi, cuando ya n le llegaba el aire en los pulmones en sus ojos se vio un fuego ardiente. En ese momento el camarero lo dejo ir i fue a por mi. Lucas se deslizo en el suelo mientras recuperaba el aliento. El camarero me puso las manos en la cintura, y se abalanzo para besarme, pero no pudo ya que Lucas le dio el pequeño espejo en la cabeza.
Me quede en estado de shock. Empezó a venir gente, el camarero no se levantaba del suelo y le sangrava la cabeza, a Lucas también le sangraban las manos y yo no me podía levantar del suelo. Lucas me cogió de un estiron y me saco de toda esa multitud

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Holaaa!! Aqui os passo las imagenes de los protas, la de Mia aun no la tengo :S Peró la de Jorge y Lucas sii!!



domingo, 9 de diciembre de 2012

Primer encuentro


-Estaba en clase como siempre hablando con mi mejor amigo y de repente todo el mundo se cayó de inmediato. Paso el profesor seguido del chico más guapo que había visto nunca. Tenía el pelo negro como una noche de invierno y unos ojos preciosos de un color azul tirando a gris pero aun sin haberlo acabado de analizar bien me encontré con sus ojos, cuya mirada parecía acariciarte cuando te encontrabas con ella. El me miro intensamente i con esos labios finos i rojizos me sonrió. Su sonrisa era tan perfecta, no sé como describirla, todo él era magnifico. El corazón se me aceleró empecé a notar que me estaba ruborizando y le aparte la mirada por la vergüenza. El muy creído soltó una carcajada, y todo el mundo me miro.
-Un momento, el chico que me acabas de describir es el que te estaba buscando.
-Supongo que sí, pero todo a su tiempo. El chico se puso delante de toda la clase y dijo: Hola, me llamo Lucas, vengo de Rusia i he venido aquí para estudiar. Ahora, ¿Cual es mi sitio? El profesor, le indico un sitio a mi lado, ya que yo era la directora de relaciones públicas, me encargaba un poco de los nuevos alumnos. Lucas se vino a sentar a mi lado.
-¿Cómo te llamas?-cuando iba a responder, le mire a los ojos, sus ojos…, no sé cómo describir lo que sentí, en ese momento el mundo se paro para mi, solo existía él i sus brillantes i a la vez transparentes ojos azules. Solo sabía que quería hacer cualquier cosa por él, seria cualquier cosa por él. Sus pupilas empezaron a crecer, de tal manera que casi no se veía el azul en su iris, y fue entonces, cuando pude apartar-le la mirada. Ese azul en sus ojos era lo que me tenía hechizada.
-Mia, me llamo Mia.-deje ir la frase con un suspiro, tenía miedo de volverle a mirarle a los ojos, y que esta vez no pudiera escapar.
-Mia-dijo en tono pensativo-te sienta bien este nombre.
-¿Ha si?-dije sin mirarle todavía a los ojos- ¿Por qué?
-No sé, es como delicado como si lo fueras a decir con voz muy alta se fuera a romper.
-¿Me estás diciendo débil?
-No, te estoy diciendo frágil, que es muy diferente.
-O claro.
Entramos en un momento bastante incomodo, para mí ya que el no me quitaba el ojo de encima y yo me estaba poniendo nerviosa.
-Sabes tú no tienes ni un pelo de acento Ruso.
-Chica observadora, alomejor me puedes traer problemas. ¿Que hare con tigo?…-dijo meditándolo.
Yo estaba flipando, ¿pero que se creía? Sinceramente no tenía ni idea de que responder, ni que decir a eso. Así que después de un tiempo, me atrevía a preguntarle, siguiéndole la corriente:
-¿Ya sabes que harás con migo?
Él se me quedo mirando y con un gesto divertido me respondió.
-Creo que es mejor tenerte como aliada, así que por el momento, ¿Por qué no somos amigos?
-Claro, ¿por qué no?
-Bien pues empecemos de nuevo. ¿Quieres quedar esta tarde para ir al cine?
-Claro ¿A qué hora?
-A la que te vaya bien.
-De acuerdo, a las seis en el cine para ver… Ya sé, hace poco que han estrenado esa de Recuerdos, ¿qué te parece?
-No, no quiero ver esas típicas películas de romance que se acaba muriendo todo el mundo, no las soporto. ¿Qué tal esa de Amazing Spiderman? La critica era muy buena.
Cuando me gire para negar-le me volví a encontrar con sus ojos, que me miraban con ese azul cristalino…De repente ya no me parecía tan mala idea eso de ir a ver Amazing Spiderman, así que acepté.
Terminaron las clases y me fui con mi mejor amiga Mailai a casa. Por el camino no dejamos hablar de Lucas y de lo terriblemente guapo que era, Mailai también lo había fichado desde el primer momento, pero el no se había fijado demasiado en ella.
-No saves la envidia que me das. ¡Eres una ligona sin remedio!-no empezamos a reír las dos juntas.
-Mira quien habla la que va rompiendo corazones al pasar.-se puso roja del todo i también rio. Su cara canvio porquè  en la cera del lado estaba su exnovio, el cual ella segui locamente enamorada-. Dile algo, que venga con nosotras.
-No lo quiero ni ver o no me lo sacare nunca de la cabeza.-en realidad se moria por hablar con el asi que le ize un favor. Me pare mirando a la otra cera i grite lo mas fuerte que pude:
-¡Toni! ¡Ven con nosotras!
El se giro y nos saludo, Mailai me lanzo una mirada asesina y yo solte una carcajada.
-Hola chicas, ¿por donde vais?-Mailai no respondió asi que la ayude un poco.
-Yo ya me voy por esta calle, sube con nosotras y después ve con Mailai asta tu casa.
La verdad es que me respondió un poco forzado, supongo que no quería quedar mal.
-De acuerdo, asta mañana Mia.
-Adios Toni. Y Maili ya sabes, después me abres en el móvil, adiós.- le lancé un besito y me puse a reír.
Llegamos a mi casa y nos despedimos, ella continuaba unas calles mas lejos.
Al abrir la puerta de mi casa solo con dos segundos supe que mis pequeñas monstruitas estaban en casa, ya que no me dieron tiempo a dejar ni la mochila en el suelo que se me tiraron encima.
-¡Tata!-Gritaron las dos a la vez mientras me llenavan de besitos. Mis hermanas era mi gran debilidad, la cosa mas preciada que tenia en el mundo, daría mi vida por ellas.
Después de comer, me fui a mi habitación y puse la música a todo volumen mientras me cambiaba de ropa para mi cita. Me puse unos pantalones azul oscuro y una camiseta de manga larga marrón claro tipo Hermion Granger, después me puse unos calzetines bien gordos, ya que yo siempre cojo frio i unas botas también marrones. Me fui al banyo y me peine mis rubios cabellos ondulados, me lave los dientes por si acaso y me mire fijamete al espejo. La verdad es que estaba bastante guapa, se me veian los ojos mas verdes de lo normal y los lavios muy rojizos. Cogi la chaqueta les di un beso a mis monstruitas y me fui a mi cita con Lucas.

Jorge


La humedad del bosque se iba adentrando en mi cuerpo y lo iba helando cada vez más, poquito a poco. Abrí los ojos porque cerrados permitían que recordara todo lo ocurrido.
Una lucecilla se empezó a acercar a mi campo de visión, iba poco a poco pero a la vez cuando más se acercaba más desesperada parecía por llegar a mi lado. ¿Sera ésa luz de quien todos hablan, ésa que tienes que seguir cuando no queda esperanza y mueres? No, yo no podía seguir ninguna luz, yo no haré el recorrido hacia arriba en los cielos, nunca podría llegar. Yo pertenecía a otro tipo de mundo, en el cual no se siguen lucecillas, ulles de ellas aunque no quieras porque cuando consigues la inmortalidad, no puedes escapar de ella.
Finalmente la luz dio con migo, y detrás de esa luz, de esa luz…no podía ser él, hiciera lo que hiciera el destino lo pagaba con migo.
-¡Jorge márchate, no vuelvas con migo!-pero esa voz solo se oyó en mi interior, no tuve ni el valor siquiera de mirar-le a sus oscuros ojos negros.
-¿Pero que te ha pasado?- dijo sorprendido- ¿Te encuentras bien?
-Vete- conseguí pronunciar.
-Ni lo sueñes, te tengo que sacar de aquí, y mas con el frio que hace.- después de eso, me cogió en brazos i me beso levemente mi frente, no me resistí ya que no me quedaban fuerzas- Estas helada, necesitas entrar en calor de inmediato.- Se saco su chaqueta y me la puso con cuidado encima de mis hombros.
Me fue guiando por el bosque hacia su casita en la orilla del lago, estaba exactamente como la recordaba, pequeña pero acogedora, con esos manzanos que la rodeaban. Las manzanas estaban rojas, ya que era el principio de otoño, y como Jorge decía, le daba un aire más rural a la casa.
Entramos en la casa, yo aun en sus brazos y me dejo cuidadosamente en el sofá del salón.
Después de darme una taza de leche caliente y envolverme con una manta tamaño enorme, empezó lo inevitable: el interrogatorio. Me miró fijamente en los ojos y empezó.
-Creo que me merezco una explicación,-izo una pausa a ver si empezaba a contarle algo, pero al no obtener resultado, continuó- ¿Qué hacías en la mitad del bosque allá sola, muerta de miedo?
-Huir.-dije con voz seca.
-¿Huir de quien?- dijo con voz más nerviosa, a la vez que se sentaba a mi lado.
-Más bien la pregunta seria ¿Huir de qué?-dije con una risa sarcástica y seca, mas bien de desesperación. -No sé ni yo de que huyo, ¿de Lucas, de la tristeza? Creo que del remordimiento y de la culpabilidad.
Ahora sí que lo deje extrañado no entendía nada i cada vez era más incomprensible para él.
-Claro, ya lo entiendo todo.- izo una sonrisa un poquillo forzada.
-De acuerdo te diré algo que puedes entender: Hola, me llamo Mia.
-¿Mia no es la protagonista de Suspiros?-dijo con una ceja levantada.
-Eres muy repetitivo.- dije como si le hiciera una broma a un viejo amigo, ya que la primera vez que nos conocimos me dijo lo mismo, pero como que él no se acordaba solo me miro con cara rara.- ¿Tu cómo te llamas?-dije como si no lo supiera.
-Jorge, un nombre bastante soso comparado con el tuyo.-me izo soltar una sonrisa y gracias a esa sonrisa pude continuar hablando.
-¿Cambiando de tema, como me has encontrado?
-Estaba en casa y ha empezado a llover, he empezado a sentir gritos allí a fuera y he salido corriendo. Mientras buscaba a quien había gritado me he encontrado con un chico bastante raro. I...
-¿Como era ese chico?- dije interrumpiéndolo, casi gritando.
-He, pues era blanco de piel, con un pelo muy negro y un poco rizado. Llevaba una chaqueta de cuero marrón y estaba ablando por el teléfono. Cuando me ha visto me ha preguntado si avía visto a una chica rubi, pelo largo, guapa, osea tu. Y le he dicho que no, porque aun no te había encontrado, se ha ido y he continuado buscando hasta que te he encontrado.
Lucas, tenía que ser él, pese a todo lo ocurrido me sigue amando.
-¿Es que lo conoces?
-No, era solo por preguntar.
Le había encontrado, después de dejarme tirada en los peores momentos, por no sentirse culpable venia y me salvaba. Típico de Lucas.
Continuamos ablando sobre cómo había llegado hacia aquí, hasta que llego un punto que me recordaba a los viejos tiempos, cuando yo le iba contando todos mis problemas y él aunque no entendía nada de lo que yo decía, continuaba escuchándome con mucha atención, era el mismo de siempre. Yo le iba contando lo que podía, pero llego un punto en que me solté.
-No me tendría que haber quedado tanto tiempo allá, lo he arriesgado todo y he perdido.-dije medio llorando y sentada al lado del único chico que era capaz de consolar-me y a la vez era el causante de mis males, el problema era que él no lo sabía.
-No has perdido todo, tienes amigos, esperanza, siempre se puede volver a empezar.-dijo mientras me acariciaba la cara cariñosamente, con sus espesas manos de trabajar en el campo.
-Tu no lo entiendes.-le conteste desesperada, mientras me sentaba bien en el sofá poniendo mi cabeza en su hombro. Ese gesto lo tenso, pero no me rechazó.
-Pues explícamelo.-su sonrisa fue tan delicada i a la vez tan cargada de sentimientos, que se me olvidaron todos los problemas que me rodeaban, y cometí un grave error.
Intente decirlo con la voz más tranquilizadora que pude.
-No es la primera vez que nos vemos- pero no fue suficiente.
-¿Como que no?- izo una pausa mientras pensaba i luego continuo- Me estas volviendo loco Mia aun me tienes que contar de dónde vienes, como has llegado aquí, y lo más importante porque me conoces.
Inspire fuerte i ordene mis pensamientos. No le puedo soltar de repente todo, así que le iré contando toda la historia poco a poco, como si él no fuera el Jorge de mi historia.
-Yo estudiaba en un instituto un poco caro, privado. Era lo que se puede decir la chica más popular en todo el instituto.-se le escapo una carcajada.
-Que modesta que eres.-me dijo riéndose.
-¿Quieres que te lo cuente o no?
-Sí, lo siento, ya me callo.
-Bien continuare…